Colección: Espíritu Santo

En la Biblia la paloma es el ave más mencionado y encarna belleza, ternura, la fidelidad del amor, pureza, libertad, y la búsqueda apasionada de Dios.
En el libro del Génesis, Noé suelta una paloma para verificar si existe algún lugar seco tras el Diluvio universal y la paloma vuelve al arca llevando en su pico una rama de olivo. En este sentido, la paloma aparece como un mensajero celestial, el Amor de Dios que desciende sobre los hombres dándoles una esperanza de salvación y la eternidad.
Con la llegada del cristianismo, la paloma se convirtió en el símbolo del Espíritu Santo. Cuando Jesús fue bautizado, una paloma descendió sobre su cabeza: "Inmediatamente después de que Jesús fue bautizado, el cielo se abrió y se escuchó la voz de Dios bendiciendo a su hijo y se vió al Espíritu Santo descender en forma de paloma (Lucas 3: 22).
El Espíritu Santo es siempre el mediador de la unión del creyente con Jesús, entre sus dones está la sabiduría, el consejo y la fortaleza.